PRIMAVERA TROMPETERA

Llevaba varios meses sin dejarme caer por aqui. Tal vez demasiadas semanas sin castigarme en mi rincón de pensar. Tal vez no tuviera nada demasiado interesante que decir, o tal vez sea que lo que tengo que decir, está demsasiado dicho.

Sin embargo, hoy he tropezado con un hecho, quizá anecdótico para mucha gente, que me ha hecho reflexionar: La Fiesta de la Primavera. Ese macrobotellón de sol a sol que cada año se organiza en el Pozuelo, con la excusa del fin del invierno. Una excusa barata para una ingesta masiva de alcohol desenfrenado para jóvenes que ya es una tradición en muchas ciudades.

Pero... ¿Que es la Fiesta de la Primavera? ¿En que consiste? Al menos en Mancha Real, no es más que un sábado más de botellón, solo que a lo bestia. No consiste en un Festival con actividades lúdicas o festivas para los jóvenes. Consiste tan solo en duplicar la tasa de alcohol ingerida en cada sábado por la noche.

No hay que irse muy lejos para encontrarse Fiestas de la Primavera mejores que la de Mancha Real, si bien hay que reconocer que el listón está realmente bajo. Por ejemplo, Cambil, a tiro de piedra de aquí, y con un Ayuntamiento del mismo signo político que el que dirige la Concejalía de Juventud en Mancha Real, organizan una Fiesta de la Primavera con Batucadas, Conciertos y Torneos Deportivos. Una Fiesta de verdad, en condiciones, con ganas de ofrecer algo a la juventud que no sea una ingesta sin sentido de litros de alcohol.

Pero claro, no podemos esperar más. En un pueblo donde el Concejal de Juventud tiene más de 60 años y se ha metido a Concejal para cotizar los años que le faltan hasta la jubilación, no puede haber demasiada esperanza para los jóvenes. Y más si de vez en cuando nos sorprende con un plan anti-botellón, que resulta que es casi más secreto que el último proyecto de la NASA y cuya dotación es 0€. Ni un solo duro de nuestro Ayuntamiento destinado a la Juventud. Pero eso si, la foto y el escudito del Ayuntamiento en la Fiesta de la Primavera no pueden faltar.

La última Fiesta de la Primavera de Mancha Real se saldó con el intento de violación de una menor, la detención de un joven que casi atropella a un policía e incontables menores de edad borrachos sin nadie que lo controle. Pero eso  a nadie parece importarle. Lo importante aquí es que la juventud se divierta y molesten poquito. De vez en cuando una fotito para el Facebook del Ayuntamiento y a levantar la mano (la izquerda, eso si, que las formas hay que cuidarlas) cuando toque en el pleno.

Así es. Las políticas de juventud en este pueblo están en manos de un señor (con todos mis respetos) sexagenario, sin estudios ni conocimientos sobre educación social, que cuando le aprieta el zapato del botellón, se inventa un taller para niños de 12 años, sin un duro de presupuesto y cuya duración será hasta que los chavales se aburran. Para colmo de males, el mismo chaval que te organiza el taller antibotellón, es el que organiza el macrobotellón de la Fiesta de la Primavera. Pero claro, si luego las chapuzas antibotellón, no surten efecto en tres fines de semana, la culpa es de los jóvenes, que no quieren participar.

Y no, mi crítica no va contra quien da un taller de DJ y luego organiza el macrobotellón. De su buena voluntad no me cabe duda, ya que le conozco personalmente. Aquí la cuestión de fondo es la incompentencia politica de quien hace una política de macrobotellones para los jóvenes y se gasta casi 200€ por pensionista, en megaviajes para jubilados, con gastos pagados y lavado de cerebro incluido. Politicuchos profesionales de tercera división, atrincherados en las mismas ideas de la década de los 80. Apoltronados en el sillón. Aferrados al cargo. Sumisos al partido. De espaldas a la realidad. Por encima de la gente.

CON LA IGLESIA ¿HEMOS TOPADO?

Reconozco que no soy el más católico para poder hablar de las bondades de la Iglesia y de hecho, durante toda mi vida, he sido bastante crítico con ella. Sin embargo, últimamente veo esos comedores sociales regentados por parroquias cada vez más colapsados o esas colas de personas recogiendo alimentos en Caritas y me doy cuenta de que a día de hoy, necesitamos a la Iglesia.

Y este discurso que puede que a alguno le suene a trasnochado, conservador o anti-progresista, viene bien de vez en cuando recordarlo. Vivimos tiempos de crisis, no solo económica, si no también una crisis de valores. Valores materiales e inmateriales. Malos tiempos para los curas que venden parcelas en el cielo, con vistas a primera linea de San Pedro. Y es que para  las respuestas que antes buscábamos en la fe y en la Biblia, hoy se te ofrecen 25.000 resultados en menos de un segundo en Google. Dura competencia para el pastor paciente que predica en unas gradas cada vez más vacías. Tiempos modernos, tiempos de cambio.

Y esos cambios, a una institución como a la Iglesia no le vendrían mal. Si la Iglesia Católica hoy está mal vista por gran parte de la sociedad, es porque durantes siglos ha actuado más como un arma de represión masiva, que velaba más por la bonanza de sus finanzas y por ampliar su poder político, que de salvar las almas de los penitentes, velar por la paz o por los derechos de los diferentes (mujeres, homosexuales, brujas, etc.).Un estigma demasiado dificil de eliminar, sobre todo porque una gran parte de esa Iglesia anclada en el pasado, atrincherada en los rincones más conservadores de la institución, sigue teniendo un peso demasiado fuerte en la Iglesia Católica.

Pero a pesar de todo ello, la Iglesia Católica es mucho más importante de lo que pensamos. Ha influido nuestra cultura desde hace más de mil años y esa huella es imborrable. El desembarco en el Vaticano del Papa Francisco es un soplo de viento fresco que es muy necesario en la Iglesia. Si el discurso de Francisco se instala en la Iglesia, se dejará poco a poco de ver a la Iglesia como una institución arcaica y retrógrada.

 La Iglesia y su labor son muy necesarias en los tiempos que corren. Si la Iglesia predica con el ejemplo, dando de comer cada vez a más gente, haciendo autocrítica y siendo igual de implacable con sus corruptos como con sus enemigos, incluso en unos tiempos como estos, donde todo creemos saberlo con un solo "click", su mensaje puede tener cabida. Su labor social es incuestionable y si en estos tiempos donde los valores morales están más bajos que los índices bursátiles, llenan nuestro vacío interior con palabras de amor, solidaridad, paz y respeto, cada vez serán menos los que le vuelvan la cara a la Iglesia. Con palabras y con hechos, que lo de predicar, venga con el ejemplo de serie. Aunque sigan predicando aquello de  que si Caín mató a Abel y o que Dios necesitó solo 6 días (el 7º se lo cogió libre) para crear lo que nosotros llevamos miles de años intentando destruir.

LA REFORMA LOCAL

Hoy el Gobierno de España ha aprobado su polémica Reforma de la Ley Local. Es decir, la Ley por la que se van a regir los Ayuntamientos españoles a partir de ahora. Una reforma que es muy necesaria, puesto que estamos muy hartos los ciudadanos de a pie de ver como los Ayuntamientos desfalcan y abusan del poder, al igual que la mayoría de los estamentos políticos de España. Bienvenida sea pues cualquier reforma que ponga freno al gasto sin control, tejemaneje político y abuso de poder, tan al orden del día en estos tiempos.

Pero mi pregunta es ¿realmente es la Ley que necesitamos? Mi opinión es que no. Rotundamente no. Esta Ley es un nuevo golpe en las partes íntimas de la democracia, en favor de la partitocracia. A los hechos me remito. La nueva Ley, quita facultades de Gobierno a los Ayuntamientos en favor de las Diputaciones. Un arma muy peligrosa, porque, por ejemplo, al Concejal de Urbanismo de mi pueblo, lo elijo yo, mientras que al Diputado Provincial de Urbanismo, lo va a elegir el partido que gobierne en esos cementerios de elefantes, llamados Diputaciones Provinciales. Es una forma más de que los grandes partidos se aseguren el poder. Porque en una Diputación, siempre van a estar PSOE o PP al frente, mientras que una Agrupación Local de Electores o un Partido Independiente, jamás estará representada. Así que si un pueblo elige democráticamente a un partido minoritario o independiente para legislar localmente, resulta que este partido tendrá las manos atadas en pos de lo que el PSOE o el PP estime en ese momento es mejor para ese pueblo. Y a estas alturas de la película, todos sabemos ya que estas dos grandes empresas disfrazadas de partidos politicos -PSOE y PP- van a hacer siempre lo que más convenga a sus siglas, no lo que más convenga a los ciudadanos. 

Que el PSOE se oponga a esta medida es una pseudo-sopresa en la que solo encuentro una explicación; de las 50 Diputaciones Provinciales que hay en España, solo 7 están en manos socialistas frente a las 27 del PP. Demasiado poder cedido al enemigo. De ahí que una de las propuestas estrella del PSOE en las pasadas elecciones fuera eliminar las Diputaciones. Son un estamento que no controlan. "Muerto el perro, se acaba la rabia" debió pensar Rubalcaba.

Pero este país que empieza a pagar los desmanes del sobredimensionamiento desmesurado necesita una Ley Local nueva. A los hechos me remito. Mancha Real, por ejemplo, ha presentado recientemente un presupuesto de 7,4 millones de euros, de los cuales se van a dedicar a inversión, solo 240.000€. Es decir, cada mancharrealeño va a pagar en impuestos locales una media de 654€ y solo va a recibir a cambio 21€ en mejoras de su municipio. El resto del dinero, es para mantenimiento y personal. Si necesito pagar más de 650€ anuales para recibir 21€ de mejora en mi pueblo, para mi, lo que sobra no es la Ley. Directamente, lo que me sobra es el Ayuntamiento.